Límite del amor al arte: El amor al arte esta muy bien, pero debe tener un límite si queremos vivir de esto, en este artículo te voy a contar cómo deberíamos encarar nuestra carrera como artistas. Pero, antes, una breve introducción…
La primera vez que nos vimos en una clase de teatro, y nos picó el bichito de la actuación, consideramos la idea verdadera de dedicarnos a esto.
Y pensamos, qué lindo sería vivir de este arte. Aun fuimos más allá. Qué lindo sería que me paguen por hacer esto.
Y luego también nos dijimos, yo lo haría gratis. Incluso dijimos “Yo pagaría por hacer esto”… Y eso fue el descubrir tu pasión por está bellisima profesión:
La actuación

De hecho, así lo hiciste. Fuiste a tu primer taller de actuación barrial, como un escape a tu vida rutinaria y aburrida. Un desestresante. Un vacío en el espacio tiempo que se genera cuando estás improvisando. Diste tu primer muestra actoral y te sentiste la estrella de ese momento.
Te temblaban las manos
Sentías a la gente murmurar a medida que iba llegando, sentías esas cosquillas en el estómago, 10 minutos antes de salir, luego te avisó tu profesora o profesor de teatro de turno que en 5 ya salían, que estes atento/a las luces que ese iba a ser el pie para que entres. Luego de tantos ensayos en un año de nueva experimentación te iba a tocar salir ahí.
Ya no era dolor de panza, sino ganas de ir corriendo al baño a expulsar todo lo que tenías revuelto en el estómago sentado en el inódoro, o ir a vomitar de los nervios. O ambas cosas juntas, pero no tenías tiempo. También te estabas orinando, pero ya no había chance de ir al baño.
Mientras vos te preguntabas por qué mierda te habías inscripto en ese hobbie, para pasarla muy mal, y te decías “QUÉ CARAJO HAGOACÁ”, “QUIÉN ME MANDA A VENIR A INSCRIBIRME”, “ME HUBIESE QUEDADO…
Te daban luz.
Y tú cerebro se calla de repente. Se pausa un segundo… y empiezas a funcionar nuevamente.
La luz se va encendiendo poco a poco y vos respiras profundo y entras…

El resto es historia. Terminaste de dar la función en lo que para vos fueron 30 segundos. Y ya pasó todo. La gente estaba muy contenta, y te decían “Actuas muy bien”.
Y ahí fue que considereaste definitivamente ahondar mucho más en está materia.
Y ahora ya te pagas tus cursos, tus formaciones, o vas a la universidad. O te encontrás buscando donde estudiar el año que viene porque esto te paso la semana pasada.
Y sea cual sea tu caso, dejame decirte que…
Del amor al arte no vas a vivir.
¡A MENOS QUE!…
Cobres por el arte que realizas, y te profesionalices.
A medida que van pasando los años, y vas creciendo, tanto en edad como en experiencia, empezás a notar que la actuación te consume cierto tiempo de tu vida.
Que sí, la pasamos bien actuando. A mí me encanta. Y lo haría gratis… Si, si tuviera un árbol de dinero. Si esto no fuese mi fuente principal de ingresos. Si, sino me tomará como un ACTOR y en vez de como un amateur…
Así que el primer encargo que te doy… (Salvo que recién arranques aunque también se puede cobrar, no digo que no)
Es que si ya contás con esos rodajes encima, esas fotografías encima, esa actuación encima, creo que ya es momento de SENTIRSE ACTRIZ O ACTOR como tal y no dejar que el síndrome del impostor nos invada.
Respira profundo, y decite “Soy actor” “Soy actriz”, y soy un gran actor. O lo que te corresponda según tu género.
¿Por qué este ejercicio? Porque hasta que no lo ponemos en palabras, no nos lo creemos y nos infravaloramos como tales.
Otro ejercicio que yo hago para empezar a considerarme intérprete como tal, es revisar cuales fueron los trabajos hechos por mí, y empezar a verlos y repasarlos.
Y ahí digo “Si es verdad, si yo hice esto, hice lo otro, hice este también”, y ya tengo material para hacer y dar a conocer mi trabajo. Ya tengo mi portfolio. (En mi caso un extenso portfolio)
Así que…
¿por qué no cobrar lo que yo creo que debería estar cobrando? ¿Por qué solo hacerlo por amor al arte?
Poner límites
Te doy un ejercicio para que hagas: Empezá a rechazar los trabajos que no den con tu precio como actor. Antes siempre, negocia un precio. Al precio que te den en primera instancia, regateaselo al doble o a un 75% más. A ver que te dicen. Limitá el amor al arte
Y si te lo rechazan! Agradecelo! Y sentite bien, que lo realicé alguien con menos aptitudes que vos y que quizá no eran el perfil que estaban buscando, que por algo te eligieron a vos.
Fin.
Si te gustó el artículo hacemelo saber, y si querés que profundice en algún otro también.
Mariano Rojo
excelente Mariano !! expresas concrestamente lo que a muchos le genera una duda enorme !!!
TU ARTE VALE
Muchas gracias Manuel! Es cierto! Cualquier creación tiene valor, y está en uno poner su precio!